La nitruración gaseosa es un proceso termoquímico de cementación en caja utilizado para incrementar la resistencia al desgaste y la fatiga y la dureza de la superficie mediante la disolución de nitrógeno y precipitaciones de nitruros duros.
Muy adecuada para los componentes sometidos a cargas pesadas, la nitruración imparte una gran dureza a la superficie, lo que proporciona una gran resistencia al desgaste, la fricción, la abrasión y el agarrotamiento. La resistencia a la fatiga se incrementa principalmente mediante el desarrollo de tensiones de compresión de la superficie. La amplia gama de posibles temperaturas y profundidades de cajas, que permiten el ajuste de diferentes propiedades de las piezas tratadas, permiten que la nitruración gaseosa se utilice en un amplio campo de aplicaciones.
Las aplicaciones habituales incluyen engranajes, cigüeñales, árboles de levas, seguidores de levas, piezas de válvulas, resortes, tornillos de extrusión, herramientas de fundición, troqueles de forja, matrices para extrusión de aluminio, inyectores y moldes de plástico.
La nitruración es más eficaz cuando se aplica a la gama de aceros que contienen elementos formadores de nitruro como el cromo, el molibdeno, el vanadio y el aluminio. El proceso también es aplicable a los aceros para herramientas, como trabajos en caliente, trabajos en frío y aceros de molde. Una aplicación a baja temperatura es la nitruración de aceros utilizados en la fabricación de muelles para vehículos, con el objetivo de prolongar la resistencia a la fatiga. En general, todos los materiales ferrosos con un máximo de un 5% de cromo pueden someterse a nitruración gaseosa. Para un mayor contenido de elementos de aleación, así como para la nitruración gaseosa del acero inoxidable, puede tomarse en consideración la nitruración iónica. No se recomienda la nitruración gaseosa para aceros sinterizados con baja densidad.
Para obtener resultados óptimos, el material debe tratarse (temple y revenido) antes de realizar la nitruración gaseosa.
La nitruración gaseosa es un proceso de tratamiento “termoquímico” de baja distorsión y baja temperatura (típicamente 520 °C/970 °F), que se realiza para mejorar las propiedades superficiales de los componentes ferrosos acabados o casi acabados. Si se incorpora un gas carbónico, el proceso se denomina nitrocarburación gaseosa. La capa consta normalmente de dos zonas: la capa de compuesto (capa blanca), que puede ser un nitruro cúbico o hexagonal, y una capa inferior de difusión, con nitrógeno disuelto y precipitaciones de nitruros duros. La capa de compuesto de la superficie de las piezas es la responsable principal de las grandes ventajas que supone la resistencia al desgaste, la fricción, la abrasión y el agarrotamiento. La capa de difusión aporta una mejor resistencia a la fatiga y funciona como un soporte para la capa sólida de compuesto. Mediante el control y el ajuste de la atmósfera del proceso, la constitución de la capa puede optimizarse con capas delgadas de compuestos, para mejorar la resistencia a la fatiga, y en el caso de la nitrocarburación gaseosa y posterior oxidación, con capas de compuesto gruesas y ricas en nitrógeno y carbono, si se desea obtener una buena resistencia al desgaste y la corrosión. En este caso, el Corr-I-Dur® puede ser considerado como la opción preferida.
La nitruración gaseosa es un proceso termoquímico de cementación en caja utilizado para incrementar la resistencia al desgaste y la fatiga y la dureza de la superficie mediante la disolución de nitrógeno y precipitaciones de nitruros duros.
Muy adecuada para los componentes sometidos a cargas pesadas, la nitruración imparte una gran dureza a la superficie, lo que proporciona una gran resistencia al desgaste, la fricción, la abrasión y el agarrotamiento. La resistencia a la fatiga se incrementa principalmente mediante el desarrollo de tensiones de compresión de la superficie. La amplia gama de posibles temperaturas y profundidades de cajas, que permiten el ajuste de diferentes propiedades de las piezas tratadas, permiten que la nitruración gaseosa se utilice en un amplio campo de aplicaciones.
Las aplicaciones habituales incluyen engranajes, cigüeñales, árboles de levas, seguidores de levas, piezas de válvulas, resortes, tornillos de extrusión, herramientas de fundición, troqueles de forja, matrices para extrusión de aluminio, inyectores y moldes de plástico.
La nitruración es más eficaz cuando se aplica a la gama de aceros que contienen elementos formadores de nitruro como el cromo, el molibdeno, el vanadio y el aluminio. El proceso también es aplicable a los aceros para herramientas, como trabajos en caliente, trabajos en frío y aceros de molde. Una aplicación a baja temperatura es la nitruración de aceros utilizados en la fabricación de muelles para vehículos, con el objetivo de prolongar la resistencia a la fatiga. En general, todos los materiales ferrosos con un máximo de un 5% de cromo pueden someterse a nitruración gaseosa. Para un mayor contenido de elementos de aleación, así como para la nitruración gaseosa del acero inoxidable, puede tomarse en consideración la nitruración iónica. No se recomienda la nitruración gaseosa para aceros sinterizados con baja densidad.
Para obtener resultados óptimos, el material debe tratarse (temple y revenido) antes de realizar la nitruración gaseosa.
La nitruración gaseosa es un proceso de tratamiento “termoquímico” de baja distorsión y baja temperatura (típicamente 520 °C/970 °F), que se realiza para mejorar las propiedades superficiales de los componentes ferrosos acabados o casi acabados. Si se incorpora un gas carbónico, el proceso se denomina nitrocarburación gaseosa. La capa consta normalmente de dos zonas: la capa de compuesto (capa blanca), que puede ser un nitruro cúbico o hexagonal, y una capa inferior de difusión, con nitrógeno disuelto y precipitaciones de nitruros duros. La capa de compuesto de la superficie de las piezas es la responsable principal de las grandes ventajas que supone la resistencia al desgaste, la fricción, la abrasión y el agarrotamiento. La capa de difusión aporta una mejor resistencia a la fatiga y funciona como un soporte para la capa sólida de compuesto. Mediante el control y el ajuste de la atmósfera del proceso, la constitución de la capa puede optimizarse con capas delgadas de compuestos, para mejorar la resistencia a la fatiga, y en el caso de la nitrocarburación gaseosa y posterior oxidación, con capas de compuesto gruesas y ricas en nitrógeno y carbono, si se desea obtener una buena resistencia al desgaste y la corrosión. En este caso, el Corr-I-Dur® puede ser considerado como la opción preferida.
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